Entre las alteraciones que necesitan ortodoncia, cabe destacar:
- Malposición dentaria: se recurre a la ortodoncia cuando la corona de un diente está gravemente desplazada de su posición correcta.
- Incisivos con mal ángulo: la ortodoncia con dispositivos fijos corrigen el ángulo de los incisivos superiores, inferiores y ambos, en bloque.
- Pérdida prematura de dientes de leche: como hemos comentado anteriormente, cuando se pierde un molar es posible que se necesite colocar un ‘mantenedor de espacio’ para que el nuevo diente tenga su sitio reservado.
- Sobremordida: los dientes anteriores de la arcada superior sobrepasan en la mordida más de la mitad de la altura de los dientes inferiores, un problema de maloclusión de tipo II, que puede solucionarse hasta cierto punto con la ortodoncia. Cuando esta alteración es fruto de problemas esqueléticos, debe corregirse en la infancia y la adolescencia (ortodoncia interceptada), porque al llegar a la edad adulta, los brakets modificarán la posición del maxilar sólo parcialmente.
- Submordida o prognatismo mandibular: los dientes inferiores se extienden excesivamente hacia delante o bien los superiores se posicionan muy hacia atrás o hay adelantamiento de la mandíbula inferior. Se puede corregir con un expansor que se fija a la mandíbula superior para expandirla y se va ensanchando a medida que crece la mandíbula. En ocasiones se emplea una máscara facial anti prognatismo colocada alrededor de la cabeza para aplicar una fuerza en la mandíbula inferior que la va reubicando en su sitio o una mentonera alrededor de la cabeza que ejerce fuerza en la barbilla para recolocarla en su posición ideal.
- Mordida cruzada: esta alteración en la que uno o varios de los dientes de la arcada superior quedan por detrás de los inferiores al morder es fácil de corregir en niños con un expansorfijado sobre el paladar y que se va ensanchado progresivamente cada día mediante una llave hasta que el hueso se fija. En los adultos, puede ser necesario ayudar a esta ortodoncia con una cirugía correctora.
- Mordida abierta: cuando los dientes superiores e inferiores no se solapan y queda un hueco entre ellos al morder, se puede usar un expansor en niños como medida preventiva; aparatos y brackets en los adolescentes, pero se suele recurrir a la cirugía en el caso de los adultos.
- Dientes rotados: la ortodoncia consigue hacer movimientos de rotación para ubicar de manera precisa el diente.
- Línea media desplazada: se suelen emplear los brackets para hacer coincidir la línea media de los dientes superiores con la línea media de los inferiores.
- Espacio excesivo entre los dientes: los aparatos de ortodoncia fijos consiguen cerrar espacios moviendo en bloque todo el diente (corona y raíz).
- Apiñamiento de los dientes: se trata de una cuestión más estética, para la cual es posible utilizar la ortodoncia con el fin de ubicar los dientes o dar a la forma de la cara una posición más normal.
- Problemas con el habla: los dispositivos de ortodoncia pueden solucionar problemas con el habla -es decir, dificultad para pronunciar ciertos fonemas correctamente- ocasionados por proyección de la mandíbula, mordida abierta, protrusión de los incisivos superiores, sobremordida horizontal, ausencia de molares superiores permanentes o deglución atípica.
- Respiración por la boca: una placa vestibularque impida al paciente respirar por la boca puede resultar de gran ayuda en el tratamiento determinado por un otorrinolaringólogo para estos casos.
- Apnea del sueño: hay algunas ocasiones en las que este trastorno es fruto de una alteración de la oclusión cuando el desarrollo de la mandíbula inferior no ha sido normal, por lo que el uso de la ortodoncia para arreglar la mordida puede ayudar en este trastorno.
- Problemas de articulación de la mandíbula: en ocasiones puede resultar útil el uso de protectores bucales o de la mordida, también conocidos como férulas o aparatos. Su efectividad varía mucho entre los pacientes aquejados de trastornos de los músculos y la articulación temporomandibular, los cuales afectan a las articulaciones y los músculos de la masticación que conectan la mandíbula inferior al cráneo. Sus síntomas son dificultad o molestia al morder o masticar; chasquido o chirrido al abrir o cerrar la boca; dolor facial sordo en la cara; dolores de cabeza y oído o sensibilidad o bloqueo de la mandíbula.